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¿Aparece o no aparece?

Por Karen Lucía Tapia Hernández


¿Alguna vez has tenido algún problema y solo en tu silencio guardas y dices una oración al cielo, esperando que por favor Diosito te conceda lo que le pedistes? Y si, algunas veces podemos decir, Diosito ayúdame, pero, en otras ocasiones pareciera que necesitaramos un empujoncito o una reafirmación para realizar lo que El nos ha pedido. A manera de ejemplo, recuerdo hace varios años, tuve un empleo en el que por fuerzas mayores, el departamento iba a cerrar. La verdad es que yo no sentía ir a ningún lado y si hasta cierto punto me sentía en incertidumbre, pues me habían dicho que fijo el 31 de diciembre de ese año, la empresa cerraría mi departamento. Semana tras semana, el supervisor tenía en ese entonces, llegaba a preguntarme, que pensaba hacer. Varias veces me preguntaba, te distes cuenta que “Juancito” renunció? ¿Qué pensás hacer?” Venía y decía yo, Dios proveerá. Nuevamente venía el supervisor otra semana, y me decía, “Te distes cuenta le dieron un trabajo a “María” en otra empresa, ya se va a ir. ¿Qué pensás hacer?” Otra vez, lo quedaba viendo yo y le decía, Dios proveerá. Y así numerosas veces, él venía y me decía lo mismo. Y venía yo y respondía lo mismo, Dios proveerá. Entonces llegó, el esperado día, el 31 de diciembre de ese año, esta vez la que se acercó a él fui yo… y entonces, le pregunté, “¿Qué deseas haga?” El me quedó viendo y esta vez dijo, no me han dicho nada de vos, mientras no me digan nada, estate en tu lugar. Pasaron los días, y aproximadamente 5 días después, me reubicaron a otra área de la empresa y en un departamento que monitoreaba varias cosas en la empresa. Y entonces, en una conversación, le dije a mi ahora, ex-supervisor, ¿Vistes que Dios proveyó? Y entonces Dios apareció.


El día de hoy, meditaremos en algunos ejemplos bíblicos donde la misericordia y el amor de Dios aparecieron, conforme la fe de sus hijos. Comencemos:


Caso 1. Abraham


Génesis 22:6-8

La Biblia de las Américas

6 Tomó Abraham la leña del holocausto y la puso sobre Isaac su hijo, y tomó en su mano el fuego y el cuchillo. Y los dos iban juntos. 7 Y habló Isaac a su padre Abraham, y le dijo: Padre mío. Y él respondió: Heme aquí, hijo mío. Y dijo Isaac: Aquí están el fuego y la leña, pero ¿dónde está el cordero para el holocausto? 8 Y Abraham respondió: Dios proveerá[a] para sí el cordero para el holocausto, hijo mío. Y los dos iban juntos.


Si alguna vez has leído la historia de Abraham e Isaac, podrás ver que en estos versículos está activa la fe tanto de Abraham como de Isaac. ¿Por qué menciono la de Isaac? Isaac, al ser un niño, podemos ver la dependencia que tenía de su padre terrenal, Abraham. Puesto cuando éste le preguntó a su papá del cordero del holocausto, no cuestionó a su padre cuando él le dijo que Dios proveerá el holocausto. Adicionalmente, podemos ver que en el capítulo 22 versículo 8, los dos iban juntos. ¡Como dice la Biblia, dos no pueden andar juntos si no se ponen de acuerdo! Es decir que la respuesta de Abraham para Isaac sería satisfactoria y para él, Dios aparecería. Adicionalmente, podemos ver como la palabra manifestada por Abraham llega a su cumplimiento en el mismo capítulo, en el versículo 13, pues la palabra de fe emitida por Abraham, vió como Dios proveyó un carnero para el holocausto. Podemos ver como la palabra de éste varón, emitida en fe, trajo a manifestación la misericordia y el amor de Dios.


Génesis 22:12-14

La Biblia de las Américas

12 Y el ángel dijo: No extiendas tu mano contra el muchacho, ni le hagas nada; porque ahora sé que temes a Dios, ya que no me has rehusado tu hijo, tu único. 13 Entonces Abraham alzó los ojos y miró, y he aquí, vio un carnero detrás de él trabado por los cuernos en un matorral; y Abraham fue, tomó el carnero y lo ofreció en holocausto en lugar de su hijo. 14 Y llamó Abraham aquel lugar con el nombre de El Señor Proveerá, como se dice hasta hoy: En el monte del Señor se proveerá.


Caso 2. Jesús y los panes


Mateo 14:17-20

Traducción en lenguaje actual

17 Los discípulos respondieron:

—Pero no tenemos más que cinco panes y dos pescados.

18 Jesús les dijo:

—Tráiganlos aquí.

19 Luego de ordenar que la gente se sentara sobre la hierba, Jesús tomó los cinco panes y los dos pescados, miró al cielo y dio gracias a Dios. Después partió los panes y se los dio a los discípulos, para que ellos los repartieran a la gente.

20 Todos comieron hasta quedar satisfechos. Y cuando los discípulos recogieron los pedazos que sobraron, llenaron doce canastas.


¿Cuántos han estado en un grupo y han tenido apetito y parece que no hay suficiente para los demás? Me puedo imaginar inclusive a Jesús haciendo una broma con los discípulos y diciéndoles, traigan los panes, y ellos solo quedando estupefactos, pues miraban más de 5000 personas y ellos solo miraban 5 panes (la versión Reina Valera Contemporánea indica en su pasaje, 5000) y se ponían hacer cuentas y no les cuadraba. Mencionamos de cómo la mano de Dios aparece verdad? Observemos el versículo 19, Jesús usa sus manos para tomar los panes y los peces, acción seguida por gratitud y oración al reconocer a Dios Padre y luego pareciera que la ecuación para la multiplicación se volvió:


(5 Panes y 2 peces) + Honra al Padre + Gratitud al Padre = + 5000 personas comiendo.


Me parece una ecuación muy interesante, puesto, vemos como aparece el amor de Dios, cuando lo honramos, le agradecemos y esperamos en fe, que sea Él quien actué. Ciertamente, Dios no desamparó a su hijo para poder satisfacer una necesidad de una muchedumbre.


Caso 3. Pablo y el Naufragio


Hechos 27

Reina-Valera 1960


22 Pero ahora os exhorto a tener buen ánimo, pues no habrá ninguna pérdida de vida entre vosotros, sino solamente de la nave. 23 Porque esta noche ha estado conmigo el ángel del Dios de quien soy y a quien sirvo, 24 diciendo: Pablo, no temas; es necesario que comparezcas ante César; y he aquí, Dios te ha concedido todos los que navegan contigo. 25 Por tanto, oh varones, tened buen ánimo; porque yo confío en Dios que será así como se me ha dicho.

44 y los demás, parte en tablas, parte en cosas de la nave. Y así aconteció que todos se salvaron saliendo a tierra.


¿Hasta donde alcanza tu fe? Vemos en los versículos anteriores que Pablo iba preso en una nave, sin embargo, aún preso, este no decayó. Es más, este siendo uno de los prisioneros de la nave, animaba a sus compañeros e inclusive a los soldados para que estos se mantuvieran unidos y se apoyaran los unos a los otros para que todos fuesen salvos. ¿Apareció Dios? ¡Claro que sí! Quizá el barco no pudo salvarse, pero lo más importante, la vida de estos hombres, se salvaron. Dios apareció a pesar de la tormenta, a pesar de la turbulencia, a pesar de los pronósticos contrarios. Dios apareció en su amor y manifestó su salvación.


Ahora estimados amigos. ¿Aparece o no aparece Dios? Dios lo hará una y otra vez mientras nosotros estemos clamando a Él, poniendo nuestra fe en Él y estamos dispuestos a mantenernos con gratitud y expectantes al siguiente paso. Por lo tanto, espera, aguanta, resiste y no te des por vencido o vencida, que Dios volverá a aparecer.


Si esto te bendijo y te edificó te invito a que compartas esta publicación. Y si aún no has aceptado a Jesús en tu corazón o deseas reconciliarte con Él hoy, te motivo a que lo hagas, y leas la siguiente oración en voz alta:


“Señor Jesús, te pido perdón por mis pecados, pues sé que mis pecados me separan de ti. Yo te reconozco, como mi único, suficiente y verdadero Salvador. Yo rompo, todo pacto, con el mundo, con la carne y con el enemigo. Te doy gracias, por el sacrificio en la cruz, sé que por tu Sangre yo soy limpio/a de todo pecado y hoy tengo un nuevo comienzo. Te pido que, a partir de hoy, tu palabra sea la lámpara a mis pies y que tu Espíritu Santo guíe mis decisiones en todo lo que haga. Amén.”


Y si hiciste esta oración hoy, usa el formulario de contacto, me encantaría saber de ti. Somos una familia en Cristo, estamos aquí para apoyarnos los unos a los otros. ¡Dios te guíe y te guarde!


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