Es usual pensar que todo tiene su tiempo y que cada cosa que hacemos se tiene que hacer en determinado momento. Por eso a ciertas horas nos gusta comer, a ciertas horas trabajar o estudiar y a otras horas nos gusta simplemente descansar. Probablemente cada uno de nosotros tiene una rutina o un hábito que nos gusta hacer a determinada hora. A veces algunos podemos tener una agenda y queremos seguir un orden u otros nos dejamos llevar por el día a día. Pero habrán ocasiones donde nos podemos saturar de tantas cosas que se nos olvida que también tenemos que poner en nuestro día y en nuestra semana - un tiempo de descanso. Es por esto que el día de hoy, vamos a meditar en las referencias que nos da nuestro Padre Celestial, al respecto del descansar y reposar en Él. Comencemos.
Caso 1. Dios y la creación
Génesis 2:1-3
La Biblia de las Américas
2 Así fueron acabados los cielos y la tierra y todas sus huestes. 2 Y en el séptimo día completó Dios la obra que había hecho, y reposó en el día séptimo de toda la obra que había hecho. 3 Y bendijo Dios el séptimo día y lo santificó, porque en él reposó de toda la obra que Él había creado y hecho.
En el capítulo 2 de Génesis podemos ver como Dios después de acabar su proyecto creativo, decidió descansar. Es más, habla de como bendijo el séptimo día y lo santificó. Es decir, que por mas cosas que Él hubiera hecho durante toda la semana, por cada etapa, día y tarea que agregaba a su proyecto creativo, al final de la creación, de crear el cielo y la tierra, el mar, la flora y la fauna, la humanidad, el sol y las estrellas, decidió darnos un ejemplo en el que nos indica que hay que descansar.
Caso 2. Los cansados y agobiados
Mateo 11:28-29
Nueva Versión Internacional
28 »Vengan a mí todos ustedes que están cansados y agobiados; yo les daré descanso. 29 Carguen con mi yugo y aprendan de mí, pues yo soy apacible y humilde de corazón, y encontrarán descanso para sus almas.
En nuestro día a día puede ser que tengamos muchas cosas en nuestra mente, ya sea alguna situación familiar, alguna situación laboral, quizá paso algo en la escuela o la universidad, tienes una situación de salud o económica, y … te sientes cansado o cansada. Sabes que, aquí es cuando viene Jesús y nos dice “Ven a mi, tú que estas cansado y agobiado y te daré descanso.” A veces pareciera que Dios lo único que nos está diciendo es que a pesar de lo que acontezca en nuestra vida, nuestro entorno o en nuestro interior, en el momento que reconocemos que estamos cansados y hemos hecho grandes esfuerzos y quizá ya no podemos dar mas de nosotros mismos al hacernos en nuestra fuerza, viene Dios con una orden recordandole a nuestra alma, que en Él encontraremos descanso. Cuando hacemos grandes esfuerzos por “luchar” contra algo, es cuando usualmente nos sentimos agobiados, y es aquí cuando nos llama con sus lazos de ternura y cuerdas de amor, que en Él encontraremos descanso y reposo. Que independientemente de lo que nos pueda estar pasando sus brazos estan allí para consolarnos. Nos recuerda incluso que “Bienaventurados los que lloran, pues ellos serán consolados” (Mateo 5:4). Es decir que por mas extenuante que sea la situación, Él nos consolara sin tan solo venimos a Él.
Caso 3. Oveja
Salmos 23
Nueva Traducción Viviente
Salmo de David.
23 El Señor es mi pastor;
tengo todo lo que necesito.
2 En verdes prados me deja descansar;
me conduce junto a arroyos tranquilos.
3 Él renueva mis fuerzas.
Me guía por sendas correctas,
y así da honra a su nombre.
Probablemente uno de los salmos más conocidos de la Biblia, el Salmo 23. Este salmo nos recuerda una de las ideas más centrales de la Biblia. El Señor es nuestro pastor y por tanto si lo tenemos a Él, lo tenemos todo. En el momento que nos colocamos en sus manos, Dios nos lleva a lugares apacibles, tranquilos, relajados, donde nos podemos enfocar en Él y dejar nuestras cargas y tribulaciones a un lado, puesto Dios nos da paz, tranquilidad, reposo, para que podamos conectarnos a la verdadera fuente de vida y de paz. En el momento que nos dejamos guiar por El Señor, y nos enfocamos en Él, Dios se asegura de que lo que nos estaba estorbando no nos moleste, e incluso nos provee de nuevas fuerzas y nos muestra el camino a seguir para que Él sea glorificado y exaltado.
Por lo tanto estimados amigos, recordemos lo más importante, que si tenemos nuestra mirada puesta en Él, nada nos falta. Y que a traves de nuestro descanso en Él, podemos encontrar la salida a las situaciones agobiantes que podemos experimentar y actuar conforme a su voluntad. Y sin importar lo que nos pase, al ser El Señor quien nos muestra el camino, otros incluso podrán ver como su mano está sobre nuestras vidas, porque en cualquier otra circunstancia, otra persona, sin Él, desfallece.
Si esto te bendijo y te edificó te invito a que compartas esta publicación. Y si aún no has aceptado a Jesús en tu corazón o deseas reconciliarte con Él hoy, te motivo a que lo hagas, y leas la siguiente oración en voz alta:
“Señor Jesús, te pido perdón por mis pecados, pues sé que mis pecados me separan de ti. Yo te reconozco, como mi único, suficiente y verdadero Salvador. Yo rompo, todo pacto, con el mundo, con la carne y con el enemigo. Te doy gracias, por el sacrificio en la cruz, sé que por tu Sangre yo soy limpio/a de todo pecado y hoy tengo un nuevo comienzo. Te pido que, a partir de hoy, tu palabra sea la lámpara a mis pies y que tu Espíritu Santo guíe mis decisiones en todo lo que haga. Amén.”
Y si hiciste esta oración hoy, usa el formulario de contacto, me encantaría saber de ti. Somos una familia en Cristo, estamos aquí para apoyarnos los unos a los otros. ¡Dios te guíe y te guarde!
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