¿Alguna vez te has disfrazado de algo? Quizá lo hiciste cuando fuiste pequeño o al asistir a una fiesta temática o simplemente porque querías y te pareció divertido. Los disfraces en general pueden ser emocionantes. Si lo analizamos de otra manera, podrías decir que los disfraces así como hacen las películas de superhéroes y de acción, se pueden utilizar como una estrategia para poder llegar a obtener una meta sin que alguien se de cuenta que tu lo estas haciendo. Es así como podemos ver a Clark Kent, volverse Superman o a Peter Parker volverse el Hombre Araña. El caso es que nosotros podemos decir que también las circunstancias que vivimos en nuestra vida pueden volverse disfraces de estrategia de Dios para que estas se vuelvan herramientas, estrategias, y armas espirituales para el Reino de los Cielos. Por ejemplo, en situaciones donde hemos pasado algún tipo de injusticia, podemos llegar a aprender a ser justos. En ocasiones donde hemos experimentado algún tipo de decepción pasamos a pedirle a Dios discernimiento. En circunstancias en que nosotros estamos desprevenidos, nos enseñan a prevenir. Es decir, estos incidentes, que vienen disfrazados como un perjuicio, realmente son bendiciones disfrazadas de eventos desafortunados y que Dios utiliza para su gloria y para su plan. Meditemos en algunos ejemplos.
Caso 1. José
Génesis 50:20-22
Reina Valera Contemporánea
20 Ustedes pensaron hacerme mal, pero Dios cambió todo para bien, para hacer lo que hoy vemos, que es darle vida a mucha gente. 21 Así que no tengan miedo. Yo les daré de comer a ustedes y a sus hijos.»
Y los consoló, pues les habló con mucho cariño. 22 Y José vivió en Egipto, junto con la familia de su padre, y llegó a la edad de ciento diez años.
En el caso de José, José sufrió muchas injusticias tanto por mano de sus hermanos como también consecuencia de que ellos lo hubiesen vendido como esclavo. Si aún no has leído la historia de José, puedes leer más en el libro de Génesis de los capítulos 37 al 50. Enfocándonos en el pasaje de Génesis 50:20-22, en el versículo 20, podemos ver como José había pasado por un proceso de sanidad interior, en el cual se dio cuenta que Dios realmente utilizó todas las circunstancias negativas que había experimentado para poder transformarlo en bien. José no solo salió de un calabozo, sino que al ser segundo al mando en Egipto pudo evitar que muchas personas murieran de hambre. Se dio cuenta que aun cuando parecía que él era solo una persona, su vida impactaría la vida de muchos. Adicionalmente, en el versículo 21 podemos ver como sus hermanos, creían que José se iba a vengar de ellos por haberle hecho daño en el pasado. Ellos estaban con miedo. Los hermanos de José, en algún momento pensaron que la posición de poder de José podría ser usada para hacerles daño y ellos nada podrían hacer. Sin embargo, al contrario de querer hacer eso, lo que nació de José fue cariño, consuelo, y compasión. Podemos observar en el versículo 21, como el lado protector de José les habló con amor, con un corazón sano, y con el objetivo de ayudarles en un tiempo en que el país entero atravesaba una grave crisis alimentaria. Adicionalmente, no solo salvó a sus hermanos de la crisis, sino que también la ayuda y compasión de José fue un puente para que las generaciones venideras pudieran seguir el propósito de Dios. ¿Será que estás experimentando un caso parecido al de José? Si crees que tu vida solo te impacta a ti, mira a tu alrededor, ¿Cuál es el verdadero alcance de lo que tú estas atravesando? ¿Cuál es el disfraz que viene a través de esa injusticia?
Caso 2. Pablo
Filipenses 1:12-14
Reina Valera Contemporánea
Para mí el vivir es Cristo
12 Quiero que sepan, hermanos, que lo que me ha sucedido más bien ha servido para el avance del evangelio, 13 de tal modo que mis encarcelamientos por Cristo se han hecho evidentes en todo el pretorio, y a todos los demás. 14 Con mis encarcelamientos, la mayoría de los hermanos han cobrado ánimo en el Señor, y más y más se atreven a hablar la palabra sin temor.
Nuestro querido apóstol Pablo, tiene muchas enseñanzas en las que podemos meditar. En Filipenses 1:12-14 miramos el ejemplo de otro disfraz. Cuando Pablo fue encarcelado, él se enfoca en cómo su situación le daba la gloria a Dios, en como el caso de persecución ayudaba a otros, incluso su estado de recluso, motivaba a otros a seguir la visión y el camino de Cristo. Se dice, que para que alguien sea un líder, alguien debe querer seguirlo. Si contemplamos ésta idea, y consideramos a Cristo como nuestro líder, y que Pablo era un seguidor de Cristo, hay un momento que Pablo pide que seamos imitadores de él, como él de Cristo, puesto que a pesar de los eventos adversos, el apóstol instaba a otros a compartir el evangelio del Señor, hablar con denuedo y no tener ningún temor en expresar y expandir la obra de Dios conforme lo que Jesús había encomendado. Entonces lo que originalmente parecía una cárcel para que Pablo no hablará de nuestro Redentor, en realidad se volvió un catalizador e impulsor para que otros fueran urgidos a hablar y comunicar las enseñanzas de Jesucristo. La cárcel de Pablo, realmente era el disfraz para que otros siguieran la visión de Cristo y de la expansión del evangelio hacia otros pueblos y naciones. ¿Será que lo que nos acontece sirve de ejemplo a otros para seguir adelante? ¿Es posible que lo que estemos pasando, sea un instrumento de fe, un arma espiritual para que otros sean agentes de cambio y alienten a otros a seguir el camino de la fe en Dios?
Caso 3. Jesús
Colosenses 2:12-15
Reina Valera Contemporánea
12 Cuando ustedes fueron bautizados, fueron también sepultados con él, pero al mismo tiempo resucitaron con él, por la fé en el poder de Dios, que lo levantó de los muertos. 13 Antes, ustedes estaban muertos en sus pecados; aún no se habían despojado de su naturaleza pecaminosa. Pero ahora, Dios les ha dado vida juntamente con él, y les ha perdonado todos sus pecados. 14 Ha anulado el acta de los decretos que había contra nosotros y que nos era adversa; la quitó de en medio y la clavó en la cruz. 15 Desarmó además a los poderes y las potestades, y los exhibió públicamente al triunfar sobre ellos en la cruz.
Jesús, nuestro Salvador, vino en postura humana, para poder redimirnos de nuestros pecados y darnos vida a través de su muerte y resurrección. En la carta a los Colosenses, el apóstol Pablo hace referencia a la crucifixión de Jesús, y como nuestro Señor tomó nuestros pecados y desarmó a los poderes y potestades para que nuestros pecados clavados en la cruz ya no pudiesen ser usados en nuestra contra. Es decir, como explica en el versículo 12, al bautizarnos en nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, lo cual, el bautismo es un acto de obediencia al creer en Jesús, el acto del bautismo es el morir y renacer en Dios. En el versículo 12, también habla que al tener fe en el poder de Dios, aceptamos lo que Dios hace al crucificar nuestros pecados y ser bautizados nosotros renacemos en Dios y nuestros pecados son perdonados. Es más, el versículo 14, va más allá y explica, que el acta de los decretos que había contra nosotros, es decir las consecuencias negativas, maldiciones, decisiones que iban en adversidad a nosotros, fue anulada y Jesús la clavó en la cruz. Esto es, que la cruz, vino como una estrategia de poder de parte de Dios, para quitar de en medio, todo aquello que estorbaba para que nosotros obtengamos y experimentemos la vida eterna en Dios. Adicionalmente, la cruz, que el adversario y enemigo creyó era para quitar de en medio a Jesús, en realidad vino a establecer el poderío, autoridad, y la liberación de aquellos que estábamos esclavizados al pecado. Puesto, la muerte fue solo un paso para mostrar la verdadera gloria, señorío, poder, autoridad y deidad de nuestro Señor Jesucristo. La cruz fue la técnica disfrazada para triunfar sobre los poderes y potestades que querían atacar a los que Dios venía a redimir.
Este es el tiempo en el que El Espíritu Santo, nos está llamando a reflexionar lo que significa la muerte y la resurrección de Jesús para poder caminar conforme los propósitos de Dios. Cuando Jesús dice: “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí” (Juan 14:6, RVR1960), lo que nos dice es que nos debemos acercar a Él para ser redimidos de nuestros pecados. Y para ser redimidos de nuestros pecados, debemos tener la fé en el poder de Dios. Al tener la fe en el poder de Dios y “todo aquel que confiese que Jesús es el Hijo de Dios, Dios permanece en él, y él en Dios,” (1 Juan 4:15 RVR1960), al permanecer en Dios, Dios nos da vida en conjunto con Él, y al darnos vida, perdona nuestros pecados, y como dice Jesús “a cualquiera, pues, que me confiese delante de los hombres, yo también le confesaré delante de mi Padre que está en los cielos” (Mateo 10:32 RVR1960) y por lo tanto, tendremos la vida eterna.
Te invito estimado amigo, a que reflexionemos en el verdadero significado de la cruz. ¿Qué situaciones estamos pasando que realmente vienen para que mostremos el significado de Jesucristo en nuestras vidas? ¿Cómo podemos revelar el propósito de Dios a través de los eventos que han pasado en nuestra vida? ¿Podemos hoy confesar que Jesús es el Hijo de Dios?
Si esto te bendijo y te edificó te invito a que compartas esta publicación. Y si aún no has aceptado a Jesús en tu corazón o deseas reconciliarte con Él hoy, te motivo a que lo hagas, y leas la siguiente oración en voz alta:
“Señor Jesús, te pido perdón por mis pecados, pues sé que mis pecados me separan de ti. Yo te reconozco, como mi único, suficiente y verdadero Salvador. Yo rompo, todo pacto, con el mundo, con la carne y con el enemigo. Te doy gracias, por el sacrificio en la cruz, sé que por tu Sangre yo soy limpio/a de todo pecado y hoy tengo un nuevo comienzo. Te pido que, a partir de hoy, tu palabra sea la lámpara a mis pies y que tu Espíritu Santo guíe mis decisiones en todo lo que haga. Amén.”
Y si hiciste esta oración hoy, usa el formulario de contacto, me encantaría saber de ti. Somos una familia en Cristo, estamos aquí para apoyarnos los unos a los otros. ¡Dios te guíe y te guarde!
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