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Exceso de equipaje

Los días lluviosos usualmente nos hacen refugiarnos en casa y quizá para algunos de nosotros hacernos meditar en las cosas que hemos hecho o debimos haber hecho hace un tiempo. Puede ser que en los días lluviosos (como es el caso de hoy en Managua), algunos estemos meditando en lo que podemos hacer mejor y qué cosas debemos apartar de nuestro camino para que no sea un obstáculo para nosotros. Así como en los aeropuertos, si tenemos exceso de equipaje o nos dicen que tenemos que pagar por exceso de maletas o en el peor de los casos debido a lo que se llevaba en la maleta ya no se puede ir en el vuelo. Tenemos ocasiones que nosotros creemos que estamos haciendo las cosas como Dios nos mandó y decimos que cumplimos todo lo que nos dijo pero llevamos una maleta demás. Y muchas veces, esas maletas extras, estas pequeñas cosas que creemos que no nos hacen daño, sirven como puerta de entrada hacia tropiezos, errores, y desafortunadamente para algunos, se torna un mal hábito o pecado. Es en ocasiones, que estas cosas que olvidamos quitar de nuestra vida, ya sea objetos, hábitos, o relaciones que no nos convengan sirven como actores para quitarnos del propósito que nuestro Creador ha preparado para nosotros. Analicemos unos ejemplos de las Sagradas Escrituras de estos casos.


Caso 1. Saúl y sus vacas


1 Samuel 15:8-9,13-14 RVC

8 y mató a filo de espada a todo el pueblo, aunque dejó con vida a Agag, el rey de Amalec. 9 Además de perdonar a Agag, Saúl y su gente también se quedaron con lo mejor de sus animales: ovejas, toros, becerros engordados y carneros; lo de poco valor lo destruyeron.

13 Cuando Samuel llegó a donde estaba Saúl, éste le dijo: «¡Que el Señor te bendiga! Ya cumplí con lo que el Señor me ordenó hacer.»


14 Pero Samuel le respondió: «Entonces, ¿qué son esos balidos de ovejas, y esos bramidos de vacas que llegan a mis oídos?»

El caso de Saúl es un poco triste. El fue el primer rey de Israel y si leemos unos cuantos capítulos antes, podemos observar que el rey Saúl era inseguro de sí mismo. En 1 Samuel 15, Dios le había ordenado a Saúl que castigara a Amalec y que no le tuviese compasión a nada, incluyendo: vacas, ovejas, camellos y asnos. Pero conforme pasa el tiempo, Saúl, por quedar bien con quienes le acompañaban, omite eso y deja vivir tanto al rey como al ganado, solo destruyendo lo que tenía(en su parecer) poco valor. Esta decisión de desobediencia, conlleva a que el rey Saúl pierda su reinado, puesto que por complacer a otros y desobedecer a Dios, dejó que las cosas que debió haber destruido fueran una piedra de tropiezo para él. Su exceso de equipaje: el complacer a los demás en vez de querer complacer a Dios.


Caso 2. La mujer de Lot

Génesis 19:17-26 RVR 1960

17 Una vez que los sacaron, le dijeron:

«¡Corre, ponte a salvo! No mires hacia atrás, ni te detengas en toda esta llanura. ¡Huye a los montes, no sea que perezcas!»


26 Entonces la mujer de Lot miró atrás, a espaldas de él, y se volvió estatua de sal.

En la Biblia, podemos leer sobre la destrucción de Sodoma y Gomorra y como aún cuando Abraham intercedió por hipotéticos 50 a 10 justos Dios no encontró esa cantidad de justos en esa ciudad. Sin embargo, en la misericordia del Señor, envió ángeles para rescatar a la familia del único justo que encontró. Cuando los ángeles llegan a rescatar a Lot(el sobrino de Abraham) y su familia y ellos ya van en camino a su salvación, la esposa de Lot en vez de seguir adelante miró hacia atrás, y a pesar de la advertencia que se le había dado anteriormente, se enfocó en el pasado, y ese pasado, la dejó eternamente estancada y convertida en una estatua de sal. El propósito de ella se vio truncado, por no superar el pasado y fijar su mirada hacia adelante. Su exceso de equipaje: no olvidar las cosas que causan dolor y vivir en el pasado.


Caso 3. Nazaret

Mateo 13:55-58 RVC


55 ¿Acaso no es éste el hijo del carpintero? ¿No se llama su madre María, y sus hermanos son Jacobo, José, Simón y Judas? 56 ¿No están todas sus hermanas con nosotros? ¿De dónde, pues, le viene todo esto?» 57 Y les era muy difícil entenderlo. Pero Jesús les dijo: «No hay profeta sin honra, sino en su propia tierra y en su propia familia.» 58 Y por la incredulidad de ellos no hizo allí muchos milagros.


La ciudad de Nazaret, fue la ciudad donde creció Jesús. En la actualidad, cuenta con 76,551 habitantes, en su mayoría árabes, y es la ciudad con mayor población árabe de Israel. En la biblia podemos ver que Jesús creció en esta ciudad, por lo tanto, podríamos decir que los nazarenos vieron a Jesús desarrollarse desde niño hasta un adulto. Cuando uno es niño, hace las cosas de niño y cuando es adulto las cosas de adulto. Por lo tanto, en el periodo de transición entre la niñez de Jesús hasta su adultez podemos asumir que como todo ser humano hubo un periodo de cambio, crecimiento y mejora. Curiosamente, cuando la reputación de Jesús estaba creciendo y era su periodo de mayor creación de milagros, la ciudad de Nazaret era la que menos le entendía y es la que menos creía que alguien con el historial familiar de Jesús, es decir, alguien con los antecedentes de Jesús pudiese hacer lo que Jesús ya estaba mostrando. Desafortunadamente, cuando Jesús quiso hacer un mayor bien y mayores milagros en su ciudad natal, fue cuando mayores obstáculos mostró este pueblo puesto que debido a su incredulidad obstaculizaron el trabajo de Jesús y por ende, recibieron menos milagros en la ciudad. Su exceso de equipaje: la incredulidad e incapacidad de creer en alguien que vivió con ellos y vivió una transformación.

Muchas veces, consciente o inconscientemente ponemos obstáculos espirituales para nuestro crecimiento y desarrollo espiritual. Este crecimiento va paralelamente ligado a lo que vemos que ocurre en nuestro ámbito natural. Si por algún motivo nos desalineamos de lo que Dios nos ha dicho que hagamos, es importante, que tomemos un tiempo para observar y analizar qué es lo que estamos haciendo en nuestra vida y que debemos mejorar. Debemos plantearnos los objetivos que hemos trazado en Dios, para ver la realidad de su plan divino. Una vez hagamos esto, busquemos y escuchemos la voz de nuestro Señor para poder hacer su voluntad conforme a su propósito. No dejemos que el exceso de equipaje sea un obstáculo que nos saque del camino que Dios ha trazado para nosotros.

Oración

Padre Celestial, te damos las gracias por este tiempo que vivimos y las oportunidades que nos dejas vivir. Te pedimos que nos ayudes a examinar nuestros corazones para remover todo obstáculo y todo aquello que pueda ser de tropiezo para realizar Tu voluntad. Padre Santo, te pedimos que tu palabra sea la lámpara de nuestros pies y que podamos discernir Tu voz y Tu voluntad para poder escuchar las palabras del Buen Pastor. Padre Celestial, te pedimos que podamos ser uno contigo así como lo pidió Jesús y que tu Espíritu Santo, sea nuestro guía en cada una de las decisiones que tomemos. Te lo pedimos en nombre de Jesús. Amén.


Si esto te bendijo y te edificó te invito a que compartas esta publicación. Y si aún no has aceptado a Jesús en tu corazón o deseas reconciliarte con Él hoy, te motivo a que lo hagas, y leas la siguiente oración en voz alta:

“Señor Jesús, te pido perdón por mis pecados, pues sé que mis pecados me separan de ti. Yo te reconozco, como mi único, suficiente y verdadero Salvador. Yo rompo, todo pacto, con el mundo, con la carne y con el enemigo. Te doy gracias, por el sacrificio en la cruz, sé que por tu Sangre yo soy limpio/a de todo pecado y hoy tengo un nuevo comienzo. Te pido que, a partir de hoy, tu palabra sea la lámpara a mis pies y que tu Espíritu Santo guíe mis decisiones en todo lo que haga. Amén.”

Y si hiciste esta oración hoy, escríbeme al correo kltapiahernandez@gmail.com, me encantaría saber de ti. Somos una familia en Cristo, estamos aquí para apoyarnos los unos a los otros. ¡Dios te guíe y te guarde!


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