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Extranjeros: Probados en la Fe

Puede ser que tengamos ocasiones en las cuales Dios nos ha hecho promesas y debido al tiempo o a las dificultades, podría ser comencemos a pensar si se cumplirán o no o incluso si sentimos a donde nos ha enviado el Señor era el lugar correcto, pero es allí cuando más nos debemos aferrar a la palabra de Dios y a lo que Él ha declarado para nuestra vida. Es en este tipo de situaciones, cuando debemos reflexionar en como Dios se ha movido en nuestra vida a través de los años, a través de las dificultades y a través de las cosas que nosotros quizás en algún momento consideraríamos imposibles. Tal y como pasó con los israelitas cuando salían de Egipto, muchas veces nosotros nos podemos encontrar en encrucijadas donde no miramos ninguna salida, pero es allí cuando la mano de Dios se glorifica aún más sobre nuestras vidas. Tomemos el primer ejemplo, el caso de Josué y Caleb, junto con los otros líderes de Israel que fueron a explorar la tierra prometida como espías. Cuando Moisés recibió la palabra del Señor del lugar que debían conquistar.

Observemos el siguiente versículo:

 

Números 13 Reina-Valera 1960 (RVR1960) (Dt. 1.19-33)

13 Y Jehová habló a Moisés, diciendo:

2 Envía tú hombres que reconozcan la tierra de Canaán, la cual yo doy a los hijos de Israel; de cada tribu de sus padres enviaréis un varón, cada uno príncipe entre ellos.

3 Y Moisés los envió desde el desierto de Parán, conforme a la palabra de Jehová; y todos aquellos varones eran príncipes de los hijos de Israel.

 

En este versículo podemos observar, que la palabra de Dios vino a un profeta de Dios, y consecuentemente, como parte de la instrucción de Dios, Él escogió a personas con un propósito a cumplir, un diseño, un destino con el cual serían participes de la victoria que jamás habían pensado. Se podrían imaginar que después de más de 400 años de opresión, que reciban una noticia como que ellos mismos formarían una nación poderosa, diríamos que humanamente no sería fácil de asimilar, sin embargo, ese era el plan de Dios. No obstante, lo que Dios les pedía era simplemente que comenzaran a ejecutar y ser partícipes del plan que Él había elegido. Ahora la pregunta sería: ¿Confiarían los israelitas en el Señor que les había hecho cruzar el Mar Rojo y sepultó a sus enemigos? ¿El Dios que movió su mano poderosa contra sus enemigos de una manera que jamás se había experimentado? Y es que así nos pasa a nosotros en muchas ocasiones, que después de mirar y experimentar en nuestra vida el mover de Dios, venimos y lo cuestionamos preguntándole si realmente va a hacer lo que nos dijo haría. Pero es allí donde debemos estar muy atentos a lo que Dios desea que hagamos y ha decretado para nuestra vida para seguir adelante y conquistar nuestra tierra prometida.


Analicemos los siguientes versículos:

 

1 Samuel 30:3-8 Reina Valera Contemporánea (RVC)

3 Cuando David y sus hombres llegaron a Siclag y vieron que la ciudad había sido incendiada y que las mujeres y sus hijos habían sido capturados,

7 Entonces llamó al sacerdote Abiatar hijo de Ajimélec, y le dijo: «Te ruego que me traigas el efod.» Abiatar se lo llevó,

8 y David consultó al Señor. Le preguntó: «¿Debo perseguir a esa banda de malvados? ¿Podré darles alcance?» Y el Señor le dijo: «Ve tras ellos, porque les darás alcance y podrás liberar a los cautivos.»

 

En esta ocasión podemos ver que David se había encontrado con una situación desesperante y frustrante, sus hombres incluso habían pensado en apedrearlo pues le estaban echando la culpa del saqueo y podemos inducir que también pensaban no era un buen líder, pues lo querían matar. Mas es aquí cuando vemos como reluce y se exalta Dios en las debilidades de David, pues David, al verse en una situación de tribulación y dolor, decidió volver su mirada a Dios, su liderazgo se vio fundamentado en Dios, la Roca, al buscar una respuesta en Él. Y lo maravilloso del León de la Tribu de Judá, es que cuando David lo busca para una respuesta en vez de consultar a alguien o a algo, Dios le dá una orden y le indica que no solo podrá alcanzar a sus enemigos, sino que podrá también recuperar lo perdido y liberar a los cautivos. Es decir que tendremos ocasiones que quizás pareciera que nos hubieran quitado lo que era nuestro, o incluso situaciones donde nuestra fe es probada más que nunca, sin embargo son en esas situaciones donde tenemos que saber discernir cuales son los planes de Dios y que es lo que desea hagamos, pues si Dios está de nuestro lado, no importa que ejército acampe en contra nuestra o incluso quien quiera levantarse en contra de nosotros, pues es el Gran Yo Soy quien se levanta a nuestro favor y nada ni nadie le puede hacer frente.

Otra situación en la que podemos ver que la fe es probada grandemente es con el apóstol Pablo. En numerosas ocasiones, podemos vislumbrar que el apóstol Pablo pasó pruebas como no muchos personajes en la Biblia, sin embargo, él siempre se mantuvo firme en su fe. Tomándolo como ejemplo, meditemos en el siguiente versículo:

 

Hechos 27:22-24 Nueva Versión Internacional (NVI) 22 Pero ahora los exhorto a cobrar ánimo, porque ninguno de ustedes perderá la vida; solo se perderá el barco. 23 Anoche se me apareció un ángel del Dios a quien pertenezco y a quien sirvo, 24 y me dijo: “No tengas miedo, Pablo. Tienes que comparecer ante el emperador; y Dios te ha concedido la vida de todos los que navegan contigo”.

 

El versículo anterior es un ejemplo de cómo Pablo siempre tenía su mirada puesta en Dios. En esta ocasión, el apóstol se enfrentaba a un naufragio, y su fe fue inquebrantable durante este tiempo en el que se podrían creer que muchos morirían. En esto podemos observar lo siguiente:

1. En el versículo 22 podemos discernir que Pablo tenía la certeza de lo que ocurriría. Esto solo ocurre cuando alguien está en constante comunión con Dios y sabe y ha visto indubitablemente que lo que Dios le ha dicho se hace y se cumple.

2. En el versículo 23 Pablo se dirige a los tripulantes hablándoles de la experiencia que ha experimentado la noche anterior, pero también podemos observar que no fue cualquier noche, sino que un ángel de Dios se le apareció para darle un mensaje de su Salvador.

3. Adicionalmente, en el versículo 23, podemos observar la seguridad de Pablo al saber identificar de quien era el ángel. Es más, afirma, que la razón por la cual el ángel se le apareció es porque él le pertenece a Dios y por lo tanto solo Dios tiene potestad sobre él (no nadie más). Es aun mayor su afirmación al decir que al momento que le pertenece a Dios, también le sirve a Él. Por lo tanto, como servidor de Dios, solo ejecuta lo que Dios le manda a hacer.

4. Y por último en el versículo 24, podemos analizar que el ángel llega a consolar a Pablo, en el momento de su tribulación. Encima de eso, percibimos que el apóstol es reafirmado en su misión y propósito en ese momento, pues el ángel le indica que es lo que debe hacer ante el Cesar. Y, por si fuera poco, podemos observar que la noche anterior fue una noche en la cual Pablo estaba intercediendo por sus compañeros tripulantes, pues el ángel indica que Dios le concedió la vida de los otros tripulantes. Tomando en cuenta que conceder, significa: “Dar [una autoridad o una persona con capacidad para hacerlo] una cosa a alguien que la pide o desea.[i]” Es decir, Dios quien es la autoridad sobre toda autoridad, decidió también proteger no solo a Pablo, sino también a sus compañeros tripulantes.


Estos son los tiempos donde podemos decir que cada uno de estos escogidos de Dios fueron probados en su fe, probados en tiempos de persecución, tiempos de angustia, tiempos de cambio, pero cada uno de ellos fue escogido por Dios con un propósito. Habían sido príncipes escogidos con un destino para llegar a cumplir el mandato divino. Cada uno, era un representante del Reino de Dios, un agente extranjero en la tierra, por mandato divino, quienes solo rendían cuentas al Señor de Señores. Pues a veces en las tribulaciones, pareciera que los agentes de Dios, humanamente no podrían escapar, más por la potestad divina, Dios siempre es quien libra las batallas a nuestro favor. Estos son los tiempos donde la fe nos ayuda a tener un carácter más fuerte, pero también en los momentos, cuando estamos más débiles, que Dios nos dice, al igual que le dijo al apóstol Pablo, “¡Bástate mi gracia![ii]


Por lo tanto, estimados lectores, les animo, que pase lo que pase, pongamos nuestra mirada en Cristo, la Roca Inconmovible. Que recordemos que Él es El Gran Yo Soy, el Alpha y el Omega y por lo tanto Él sabe todo lo que va a ocurrir, y que si Él está con nosotros nadie puede estar en contra de nosotros. No importa que prueba estemos pasando hoy, si el León de la Tribu de Judá está con nosotros, ¿quién podrá contra nosotros? Solo nos queda decirle a nuestro Señor, hágase tu voluntad, y Él nos defenderá ante cualquier situación que nos enfrentemos.


Si esto te bendijo y te edificó te invito a que compartas esta publicación. Y si aún no has aceptado a Jesús en tu corazón o deseas reconciliarte con Él hoy, te motivo a que lo hagas, y leas la siguiente oración en voz alta:


Señor Jesús, te pido perdón por mis pecados, pues sé mis pecados me separan de ti. Yo te reconozco, como mi único, suficiente y verdadero Salvador. Yo rompo, todo pacto, con el mundo, con la carne y con el enemigo. Te doy gracias, por el sacrificio en la cruz, sé que por tu Sangre yo soy limpio/a de todo pecado y hoy tengo un nuevo comienzo. Te pido que, a partir de hoy, tu palabra sea la lámpara a mis pies y que tu Espíritu Santo guíe mis decisiones en todo lo que haga. Amén.”

Y si hiciste esta oración hoy, escríbeme al correo kltapiahernandez@gmail.com, me encantaría saber de ti. Somos una familia en Cristo, estamos aquí para apoyarnos los unos a los otros. ¡Dios te guíe y te guarde!


 

[i] www.google.com significado de conceder [ii] 2 Corintios 12:9

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