Estamos con la fiebre del mundial y muchos quieren saber quien ganó, quien perdió, si ganó Brasil o si desean que gane Argentina, la verdad es que dependiendo del equipo favorito de cada quien, cada uno se forma una expectativa generalizada de lo que esperan haga su equipo favorito. Y es así como cada quien está pendiente de lo que va a hacer su jugador favorito, pero si nos ponemos a observar lo que sucede en un juego de fútbol podemos ver que a pesar de que tengan a los mejores jugadores defendiendo u anotando, al final, el juego en si recae mucho en el portero. Y si el portero, no obtiene la ayuda que necesita para frenar el ataque ofensivo del equipo contrario, existen muchas probabilidades de que anoten un gol (o anoten 7) y el equipo contrario solo se enfoque en atacar a lo que mira como susceptible o vulnerable. Es por esto, que el día de hoy, meditaremos en como los equipos bíblicos también tienen que trabajar de manera unida para poder defender su cancha y su territorio. Comencemos.
Caso 1. Nehemías
Nehemías 4:15-18
Reina-Valera 1960
15 Y cuando oyeron nuestros enemigos que lo habíamos entendido, y que Dios había desbaratado el consejo de ellos, nos volvimos todos al muro, cada uno a su tarea. 16 Desde aquel día la mitad de mis siervos trabajaba en la obra, y la otra mitad tenía lanzas, escudos, arcos y corazas; y detrás de ellos estaban los jefes de toda la casa de Judá. 17 Los que edificaban en el muro, los que acarreaban, y los que cargaban, con una mano trabajaban en la obra, y en la otra tenían la espada. 18 Porque los que edificaban, cada uno tenía su espada ceñida a sus lomos, y así edificaban; y el que tocaba la trompeta estaba junto a mí.
En los versículos anteriores, es interesante ver, que la cautela y la preparación es algo que siempre debemos tomar en cuenta. Si bien podemos observar en el versículo 4:15 que Dios había desbaratado el consejo de los enemigos del pueblo, Nehemías no se queda de brazos cruzados esperando que algo más acontezca, toma medidas preventivas para defender los objetivos que tenía preparados para la construcción de los muros de la ciudad (véase Nehemías 4 para más información). Adicionalmente, podemos ver que para defender el territorio que ellos tenían asignado y con una misión específica, los dirigió y dividió en grupos, para que nunca estuviese desatendida alguna porción del muro o de la ciudad. Es más, no solo eso, sino que se equipa con lanzas, escudos, arcos, corazas, y espadas para que cada uno pueda usar lo que tiene como armamento en la estrategia de defensa para la construcción. Este capitán ordenó estratégicamente al equipo para poder cumplir con su meta.
Caso 2. Diáconos
Hechos 6:2-5
Reina-Valera 1960
2 Entonces los doce convocaron a la multitud de los discípulos, y dijeron: No es justo que nosotros dejemos la palabra de Dios, para servir a las mesas. 3 Buscad, pues, hermanos, de entre vosotros a siete varones de buen testimonio, llenos del Espíritu Santo y de sabiduría, a quienes encarguemos de este trabajo. 4 Y nosotros persistiremos en la oración y en el ministerio de la palabra. 5 Agradó la propuesta a toda la multitud; y eligieron a Esteban, varón lleno de fe y del Espíritu Santo, a Felipe, a Prócoro, a Nicanor, a Timón, a Parmenas, y a Nicolás prosélito de Antioquía;
Es bello ver, cuando se reúnen más personas para cumplir los objetivos. Por qué, me preguntarás, puesto que hay muchas personas que ya sea por orgullo, soledad, timidez o falta de estrategias, prefiere hacer las cosas solo o sola, pero este tipo de actitud no hace que se obtengan muchos resultados comparados a lo que se podría esperar a lo que se puede hacer en unidad. En el caso de Hechos 6, podemos vislumbrar la visión de los doce apóstoles y la importancia que consideraban tanto para enseñar la Palabra de Dios como para ayudar a los otros. Es decir, no debía descuidarse ni lo uno, ni lo otro, pero obviamente no podían estar en todos lados al mismo tiempo. Es por esto, que vemos nuevamente la intervención divina y la guía del Espíritu Santo en la selección de otro grupo, para que este grupo de varones, llenos del Espíritu Santo y sabiduría pudiesen encargarse de la otra obra. Si algo podemos ver que tienen en común este equipo, es que defendían y ejercían la obra con un mismo propósito y sentir. Estos equipos sabían que los dos debían coexistir y trabajar simultáneamente para obtener los propósitos diseñados para cada grupo.
Caso 3: Jesús y los enviados
Lucas 10:1-2
Traducción en lenguaje actual
Jesús envía a setenta y dos discípulos
10 Después, Jesús eligió a setenta y dos discípulos, y los envió en grupos de dos en dos a los pueblos y lugares por donde él iba a pasar. 2 Jesús les dijo:
«Son muchos los que necesitan entrar en el reino de Dios, pero son muy pocos los que hay para anunciar las buenas noticias. Por eso, pídanle a Dios que envíe más seguidores míos, para que compartan las buenas noticias con toda esa gente.
Jesús y sus enviados forman parte de la transformación tanto de la mentalidad de esos tiempos como con el yacimiento de los fundamentos para el futuro de la humanidad. Fue tal el impacto de Jesús que podríamos compararlo con el fundador y director ejecutivo de una empresa que seleccionó a su mejor grupo para poder tener una empresa en diferentes sectores con la visión y misión de seguir expandiéndose a futuro. ¿Qué es lo que podemos ver primero? Lo primero que observamos es que eligió a un grupo de 72, es decir que el escogió conforme lo que determino ellos podían hacer para multiplicar y expandir la visión del Reino de Dios. Adicionalmente, en el versículo 2, podemos analizar que Jesús les explicó que a pesar de las limitaciones que puedan tener, no quiere decir ellos no vayan a estar capacitados o tengan la ayuda necesaria para cumplir con la misión, puesto Jesús mismo afirmó que con la intervención y ayuda de Dios a pesar de parecer pocos en ese momento, podrían multiplicarse sus equipos para poder cumplir con la misión designada. Por lo tanto, nuestro Fundador y Director, mandó a los capitanes de grupo a buscar a sus diferentes integrantes, para poder dirigir la obra más importante: enseñar e instruir a los que deben entrar en el Reino de los Cielos.
Estimados amigos lectores, es tiempo de que pidamos la intervención divina para que podamos seguir trabajando en equipo y cumplir con las misiones que nos han sido designadas. Ya sea estes en la empresa, en la escuela, la iglesia o cualquier otra organización, Dios nunca ha querido que estemos solos. Es decir, nos insta a que seamos estrategas para poder cumplir con la misión y los objetivos que Él ha designado conforme a su propósito. ¿Ya tienes un equipo?
Si esto te bendijo y te edificó te invito a que compartas esta publicación. Y si aún no has aceptado a Jesús en tu corazón o deseas reconciliarte con Él hoy, te motivo a que lo hagas, y leas la siguiente oración en voz alta:
“Señor Jesús, te pido perdón por mis pecados, pues sé que mis pecados me separan de ti. Yo te reconozco, como mi único, suficiente y verdadero Salvador. Yo rompo, todo pacto, con el mundo, con la carne y con el enemigo. Te doy gracias, por el sacrificio en la cruz, sé que por tu Sangre yo soy limpio/a de todo pecado y hoy tengo un nuevo comienzo. Te pido que, a partir de hoy, tu palabra sea la lámpara a mis pies y que tu Espíritu Santo guíe mis decisiones en todo lo que haga. Amén.”
Y si hiciste esta oración hoy, usa el formulario de contacto, me encantaría saber de ti. Somos una familia en Cristo, estamos aquí para apoyarnos los unos a los otros. ¡Dios te guíe y te guarde!
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