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¿Qué pata puso ese huevo? Dijo la tía abuela al tío Pedro

Actualizado: 27 sept 2021

Recientemente escuche el dicho, “¿Qué pata puso ese huevo?” lo cual a decir verdad me dio risa, porque yo me quede que dicen que… Y es que los nicaragüenses y otros Centroamericanos tenemos dichos y refranes que nos encausan a que es lo que realmente la gente puede “pensar” de alguien a quien ellos no conocen o reconocen como alguien que ellos avalan. Y aunque originalmente se usa como un término despectivo, lo podemos interpretar también como algo que comúnmente les pasa a los cristianos. Muchas veces, cuando alguien comienza a realizar ciertas tareas o funciones para la labor de Cristo, o que alguien desea usar sus dones y talentos para realizar algo productivo, puede ser menospreciado por los “espectadores” que no están realizando nada al respecto de lo que la otra persona está haciendo o simplemente porque es diferente a lo que ellos hacen. Pueden pensar que no vale la pena lo que el otro hace, pero es aquí cuando podemos ver la diversidad de los dones de la iglesia de Cristo dar a luz a los diferentes actores que llevan a cabo la función designada por Dios. En este tema, analizaremos algunos ejemplos de lo que dice Dios al respecto de nosotros.


 

1 Pedro 2:9 Reina-Valera 1960 El pueblo de Dios 9 Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable;

 

Muchas veces hemos escuchado este pasaje y lo podemos ver de un ámbito diferente el día de hoy. Cuando el apóstol Pedro hace referencia a vosotros, una de las primeras cosas que podemos notar es que es plural, es decir que no hacía referencia a una sola persona sino a un conjunto, es decir, de un grupo, se eligió ese conjunto. Linaje, según la Real Academia Española, significa de “ascendencia o descendencia de una familia, especialmente noble.” Me llama la atención la palabra linaje porque en estos tiempos, dependiendo del lugar, puedes encontrar quienes fueron tus ancestros e incluso el porcentaje al que pertenece tu ADN, sin embargo, cuando Pedro hace referencia a linaje escogido, indica que, entre diferentes familias, nosotros somos escogidos. Si ya al hablar de nobleza, era un factor, adiciona, que el sacerdocio ejercido por esta familia es “real” o sea que no eran solo nobles, sino que se pertenecía a los reyes. Aparte de eso, adicionamos que es nación santa, es decir, el conjunto de personas que eran escogidas, que se apartaron específicamente para Dios, para ejercer la voluntad del Señor como nación. Otro factor que analizamos es que al ser adquiridos, quiere decir que antes, alguien más tenía posesión, pero al ser Dios quien nos adquiere despoja a alguien más de nuestra persona para que sea Él, el dueño. Una vez que Dios nos adquiere, nos dice que debemos anunciar las virtudes, esto es proclamar las características del Reino de los Cielos para aquellos que aún siguen en las tinieblas. Puesto dice, que nos llamó de las tinieblas hacia la luz. Por lo tanto, en el momento que pasamos de las tinieblas a la luz, El Señor, espera que anunciemos las buenas noticias y al formar parte de su familia, automáticamente nos volvemos voceros de su voluntad y de como Él transforma las situaciones en algo positivo. En este verso, podemos concluir, que el momento que El Señor nos llama, nosotros pasamos a ser evangelistas, para proclamar el Reino de Dios.


 

1 Corintios 12:22,24-26 Reina-Valera 1960 22 Antes bien los miembros del cuerpo que parecen más débiles, son los más necesarios; 24 Porque los que en nosotros son más decorosos, no tienen necesidad; pero Dios ordenó el cuerpo, dando más abundante honor al que le faltaba, 25 para que no haya desavenencia en el cuerpo, sino que los miembros todos se preocupen los unos por los otros. 26 De manera que si un miembro padece, todos los miembros se duelen con él, y si un miembro recibe honra, todos los miembros con él se gozan.

 

¿Alguna vez has pensado que no necesitas a alguien para hacer algo? Pues, resulta, que, si nos necesitamos los unos a los otros. Inclusive cuando alguien quiera menospreciar el trabajo del otro, es cuando el trabajo de este, da un mayor apoyo al cuerpo de Cristo. Leyendo y meditando en los versículos de 1 Corintios 12:22,24-26, podemos observar la interrelación que tenemos con cada uno de los miembros del cuerpo de Cristo. Justo ayer, hablaba con una amiga y algo en que coincidimos es que, como equipo, no podemos nunca jactarnos de que somos mas que alguien o que no importa lo que hacemos, sino que como equipo estamos juntos para edificar el cuerpo de Cristo, pero también cuando un miembro sufre nosotros debemos de saber como ayudar a esa persona salir de ese sufrimiento porque también nosotros sufrimos. A veces se nos olvida que las personas que nos ayudaron, a veces necesitan ayuda, y aquellos a los que quizá nunca hemos ayudado puedan necesitar de alguna palabra de aliento. Este pasaje nos lleva a meditar en que si alguno de nuestros hermanos, esta con algún tipo de padecimiento, dolor, tribulación, prueba o proceso, en lo que podamos, nosotros como parte de un solo cuerpo, podemos ayudarle a seguir adelante y no darse por vencido. Puede ser que a través de nuestras palabras esa persona siga cumpliendo con su propósito, o puede ser que a través de nuestras acciones confirmemos algo que Dios ya les haya dicho a ellos. Lo importante es que sepamos que, como parte de un solo cuerpo, no podemos dejar de impulsarnos los unos a los otros, pues todos somos parte de un solo cuerpo, el cual tiene el mismo propósito, ser parte del cuerpo de Cristo (el cual Dios adquirió como nación santa). O sea, si Dios nos adquirió como pueblo, no podemos decir que alguien que es parte del pueblo es menos que nosotros, puesto Dios nos adquirió como nación santa para Él.


 

Romanos 12:4-8 Reina Valera Contemporánea 4 Porque, así como en un cuerpo hay muchos miembros, y no todos los miembros tienen la misma función, 5 así también nosotros, aunque somos muchos, formamos un solo cuerpo en Cristo, y cada miembro está unido a los demás. 6 Ya que tenemos diferentes dones, según la gracia que nos ha sido dada, si tenemos el don de profecía, usémoslo conforme a la medida de la fe. 7 Si tenemos el don de servicio, sirvamos; si tenemos el don de la enseñanza, enseñemos; 8 si tenemos el don de exhortación, exhortemos; si debemos repartir, hagámoslo con generosidad; si nos toca presidir, hagámoslo con solicitud; si debemos brindar ayuda, hagámoslo con alegría.

 

En Romanos 12:4-8, podemos ver algunos dones descritos por las Sagradas Escrituras, entre ellos podemos observar: el don de profecía, el don de la enseñanza, el don de exhortación, el de repartir, el de presidir, y el de brindar ayuda. Lo interesante es que sepamos que vuelve a decirnos acá el apóstol, que somos muchos miembros pero que todos ejercemos diferentes funciones. Por lo tanto, si en alguna cosa sobresalimos o tenemos talento, como dice el Pastor Rick Warren, lo podemos poner al servicio de nuestra iglesia, es decir el cuerpo de Cristo. No es necesario que sepamos todo, pero si es necesario que sepamos trabajar con aquellos a los que Dios les ha delegado un don o talento específico, puesto cuando creemos que somos más que alguien, lo que hacemos es alejar a Dios de nosotros: “Porque el Señor es excelso, y atiende al humilde, mas al altivo conoce de lejos.” (Salmos 138:6, LBLA). Cada uno de nosotros debe recordar que solo es la gracia de Dios la que nos otorga lo que tenemos, y que a través de su gracia es que nosotros podemos lograr el propósito de Dios, además, la gracia, que es el don que nos da, no depende de nosotros, sino que esta gracia es para edificar el cuerpo de Cristo para que juntos trabajemos en ayudarnos los unos a los otros y trabajemos con los demás.


Por lo tanto, estimados amigos, recordemos, que no estamos solos en este camino de la vida. Una vez que Dios nos llamó, se aseguró de poner a personas alrededor nuestro que nos ayuden en nuestro caminar diario para poder seguir adelante y que al preocuparnos los unos por los otros, podamos edificarnos y así glorificar a Cristo Jesús, proclamando la bondad del Reino de los Cielos.


Si esto te bendijo y te edificó te invito a que compartas esta publicación. Y si aún no has aceptado a Jesús en tu corazón o deseas reconciliarte con Él hoy, te motivo a que lo hagas, y leas la siguiente oración en voz alta:


“Señor Jesús, te pido perdón por mis pecados, pues sé que mis pecados me separan de ti. Yo te reconozco, como mi único, suficiente y verdadero Salvador. Yo rompo, todo pacto, con el mundo, con la carne y con el enemigo. Te doy gracias, por el sacrificio en la cruz, sé que por tu Sangre yo soy limpio/a de todo pecado y hoy tengo un nuevo comienzo. Te pido que, a partir de hoy, tu palabra sea la lámpara a mis pies y que tu Espíritu Santo guíe mis decisiones en todo lo que haga. Amén.”

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