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Round 2: Fight (Ronda 2: Pelea)


Recuerdo cuando estaba pequeña me gustaba jugar un video juego de peleas. El juego dividía las etapas de la pelea en fases, la verdad no recuerdo cuantas fases tenía, pero lo que, si me acuerdo, es que cuando pasaba el primer round y yo había tenido una pelea consideraba difícil en el video juego, yo decía, no importa, viene el segundo round y ahora si tengo la oportunidad de ganar. Es aquí donde escuchaba la grabación… Round 2: Fight (2da Ronda: Pelea). Una organización llamada Prayer Storm, tenía este lema: “Never give up, Never surrender (Nunca te rindas, nunca te des por vencido).” Me gusta mucho este lema, porque me hace recordar la postura de un vencedor, alguien que a pesar de lo que pase, siempre está dispuesto a seguir adelante. Y es realmente así que nos ve Dios. Por eso le decía a Josué, esfuérzate y se valiente, pues sabía que lo que le venía no era fácil, llevaría trabajo, tendría obstáculos, tendría que pelear. Ahora, que pasa en estos tiempos cuando quizá nos sentimos rodeados de circunstancias difíciles, que nos pueden parecer agobiantes, estresantes, frustrantes, cansadas, e incluso quizá nos pueden hacer sentir impotentes… es allí cuando viene Dios y nos dice, Prepárate y Pelea. En esos tiempos cuando quizá como diría el dicho nicaragüense de que nos da ganas de tirar la toalla (darnos por vencidos) es cuando Dios nos viene a recordar por qué debemos hacer ciertas cosas. Así como podemos ver en la historia de José, la Biblia dice “y Jehová estaba con José.” Nosotros, al escuchar la voz de Dios, y en temor santo le obedecemos, podemos pasar por circunstancias parecidas, como Job, Ester, Rut, David, Daniel, Jeremías, tenemos ejemplos de situaciones que humanamente no son tan fáciles de sobrellevar, aquellas quizá muy duras para nuestros modelos de héroes de la fe, que nos hace pensar en que es lo que realmente deseaba Dios en ese tipo de situaciones. Sin embargo, estos hombres y mujeres de Dios nos dejan ejemplos sobre que es lo que debemos hacer para seguir adelante y esto es nunca darnos por vencidos y nunca rendirnos.

Analicemos algunos ejemplos…

Caso 1: José

 

Génesis 39:1-3 Palabra de Dios para Todos (PDT)

1Los ismaelitas se llevaron a José a Egipto. Un egipcio llamado Potifar, capitán de la guardia del faraón, lo compró. 2 El SEÑOR estaba con José e hizo que fuera un hombre muy exitoso. José vivió en la casa de su amo egipcio, 3 quien se dio cuenta de que el SEÑOR estaba con José y que el SEÑOR hacía que le fuera muy bien en todo.

 

José fue un joven despreciado y menospreciado por sus hermanos. A tal punto que ellos lo vendieron como esclavo a un grupo de Ismaelitas. A pesar de esto, que sus hermanos lo vendieron como esclavo, a pesar de que cuando creyó estaba haciendo las cosas bien, la esposa de su patrón lo acusó falsamente, aún cuando a pesar de ayudar a una persona dentro de la cárcel, esta lo olvidó, la Biblia nos dice y “El Señor estaba con José.” No solo eso, sino que circunstancia, tras circunstancia, vemos escrito en la biblia “El Señor estaba con José.” Durante el tiempo de proceso de José en la tierra de Egipto observamos que su actitud siempre fue de seguir adelante y no de quejarse. Y en ese momento, apreciamos que Dios lo respalda y hace que todo en lo que él esté involucrado, prospere. Es decir, que la actitud de José, fue uno de los catalizadores para que este pudiese sobresalir y no darse por vencido a pesar de las circunstancias. Y una vez que pasó su proceso, Dios lo puso en el lugar de su propósito, pues él nunca desistió, nunca se dio por vencido. Caso 2: Rut

 

Rut 2:5-7 Reina-Valera 1960 (RVR1960)

5 Y Booz dijo a su criado el mayordomo de los segadores: ¿De quién es esta joven?

6 Y el criado, mayordomo de los segadores, respondió y dijo: Es la joven moabita que volvió con Noemí de los campos de Moab;

7 y ha dicho: Te ruego que me dejes recoger y juntar tras los segadores entre las gavillas. Entró, pues, y está desde por la mañana hasta ahora, sin descansar ni aun por un momento.

 

La historia de Rut es usualmente conocido como la mujer que no se separó de Noemí y fue una amiga fiel, sin embargo, hoy nos enfocaremos en la parte de la resiliencia de Rut. Rut fue una persona que perdió a su esposo, que era marginada por el hecho de ser Moabita, la gente la juzgaba por ser viuda, pero nunca se dio por vencida y se enfocó en ayudar a Noemí. Es más, para tratar de ayudar a su suegra, ella decidió ir a trabajar en el campo para poder alimentarse. En el versículo de Rut 2:7 podemos ver que ella era una mujer tan destacada en su trabajo que incluso se hizo notar por el dueño del campo donde trabajaba. Esto es, que a pesar de las circunstancias que le ocurrían, lo que podía ser difícil para ella, Dios depositó tal gracia en ella, que eso hizo que ella sobresaliera de las demás personas. Su arduo esfuerzo, hizo que incluso la persona que la supervisaba, hablará de como ella estuvo trabajando sin reposar tan solo un momento, sino que trabajaba arduamente para poder recolectar lo que ella se había propuesto. Coincidentemente, su actitud trabajadora, su actitud resiliente dispuesta a enfrentar las circunstancias en un país desconocido, hizo que fuese un foco de atención para otros. En el momento, que ella se sometió a su prójima (Noemí), podemos ver que Dios la llevó a su propósito. Haciendo alusión a Efesios 5:21 que dice: “21 Someteos unos a otros en el temor de Dios.” Cuando Jesús nos dijo, que amaramos a nuestro prójimo como a nosotros mismos, era la manera de decir que el amar a otros, muestra si realmente tenemos el amor de Dios dentro de nosotros y aquí, donde es ese amor, que echa fuera todo temor (en el caso de Rut, echó fuera la vergüenza, el menosprecio, el rechazo, el luto, entre otros). Este amor hizo que Rut fuese colocada en el lugar adecuado, con la persona adecuada. Llegamos a analizar como su proceso de sometimiento a Noemí[i], la llevo a cumplir los propósitos de Dios. Caso 3: Pablo

 

Pablo apedreado en Listra

19 Pero vinieron algunos judíos de Antioquía y de Iconio, y habiendo persuadido a la multitud, apedrearon a Pablo y lo arrastraron[a] fuera de la ciudad, pensando que estaba muerto. 20 Pero mientras los discípulos lo rodeaban, él se levantó y entró en la ciudad. Y al día siguiente partió con Bernabé a Derbe.

 

El apóstol Pablo, conocido también, como el apóstol de los gentiles, fue una de las personas con la cual podemos escuchar un claro testimonio de “Nunca te rindas, nunca desistas.” Pablo pasó por muchas tribulaciones, sufrió azotes, naufragios, pedradas, robos, fatiga, enfermedad, violencia, entre otras cosas, pero Pablo, nunca se dio por vencido.[ii] En los versos anteriores, podemos ver una de las ocasiones en las que Pablo, mostró su fortaleza y resistencia humana. La multitud (no sabemos cuantos eran) llegó a tal extremo de irá y desprecio hacia Pablo que lo apedrearon a un grado que creyeron que el varón de Dios había muerto. Pero tardaron más en sacarlo de la ciudad, que Pablo en levantarse y volver a intentarlo. Si esto fuera como una película, diría que es algo parecido a la película de Rocky, que por más golpes le dieran, este más lo intentaba. ¿Y sabes qué? Así quiere el enemigo cansarnos y hacernos desistir de lo que estamos haciendo, pero mientras más peleas, más te das cuenta del porque tú haces lo que haces.

Por lo tanto, estimado lector, ¿cuál es tu propósito? ¿Cuál es tu lucha? ¿A qué te ha enviado Dios? Quizá no necesariamente recibas pedradas o estés en la cárcel o hayas tenido que luchar contra los estratos sociales, o nos hayan tirado a un horno de fuego (como le hicieron a Sadrac, Mesac y Abed-nego)… Nuestro ring de pelea no es igual al de nuestro prójimo, pero si escuchamos la voz de Dios y hacemos lo que Dios nos manda, podemos recordar como le pasó a José, que mientras Dios este con nosotros, a pesar de nuestro entorno, El nos dará la victoria en el reino de Dios, si tan solo, nunca nos rendimos, ni nunca desistimos, pues en Dios, somos más que vencedores. Si esto te bendijo y te edificó te invito a que compartas esta publicación. Y si aún no has aceptado a Jesús en tu corazón o deseas reconciliarte con Él hoy, te motivo a que lo hagas, y leas la siguiente oración en voz alta: Señor Jesús, te pido perdón por mis pecados, pues sé mis pecados me separan de ti. Yo te reconozco, como mi único, suficiente y verdadero Salvador. Yo rompo, todo pacto, con el mundo, con la carne y con el enemigo. Te doy gracias, por el sacrificio en la cruz, sé que por tu Sangre yo soy limpio/a de todo pecado y hoy tengo un nuevo comienzo. Te pido que, a partir de hoy, tu palabra sea la lámpara a mis pies y que tu Espíritu Santo guíe mis decisiones en todo lo que haga. Amén.” Y si hiciste esta oración hoy, escríbeme al correo kltapiahernandez@gmail.com, me encantaría saber de ti. Somos una familia en Cristo, estamos aquí para apoyarnos los unos a los otros. ¡Dios te guíe y te guarde!

 

[i] Rut 1:16 Reina-Valera 1960 (RVR1960) 16 Respondió Rut: No me ruegues que te deje, y me aparte de ti; porque a dondequiera que tú fueres, iré yo, y dondequiera que vivieres, viviré. Tu pueblo será mi pueblo, y tu Dios mi Dios. [ii] Véase 2 Corintios 11:16-33

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