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Foto del escritorKaren Lucia Tapia Hernandez

Se movió el piso



Si alguna vez te has perdido en algún lugar, sabes lo frustrante que puede ser no saber donde estas, pero también sabrás reconocer lo útil que te resulta una aplicación con GPS(o un amigo/a) que te pueda guiar al lugar correcto. Aunque también existen ocasiones en que nos podemos perder inclusivamente en nuestros pensamientos cuando no sabemos lo que debemos hacer ahora o después de alguna circunstancia que nos haga sentir un poco desorientados o como que el piso donde estábamos se movió. Es por esto, que es muy importante, que cuando tengamos situaciones en nuestra vida que parezcan llevarnos a lugares sin un rumbo cierto, que podamos consultar nuestros siguientes pasos, a través de la oración con nuestro amado Espíritu Santo. El día de hoy, meditaremos en algunos pasajes bíblicos que nos indican como algunos personajes de las Sagradas Escrituras tomaron sus decisiones a pesar de sus emociones y las circunstancias que estaban pasando.


Caso 1: David


 

1 Samuel 30:6-8

Reina-Valera 1960

6 Y David se angustió mucho, porque el pueblo hablaba de apedrearlo, pues todo el pueblo estaba en amargura de alma, cada uno por sus hijos y por sus hijas; mas David se fortaleció en Jehová su Dios.


7 Y dijo David al sacerdote Abiatar hijo de Ahimelec: Yo te ruego que me acerques el efod. Y Abiatar acercó el efod a David. 8 Y David consultó a Jehová, diciendo: ¿Perseguiré a estos merodeadores? ¿Los podré alcanzar? Y él le dijo: Síguelos, porque ciertamente los alcanzarás, y de cierto librarás a los cautivos.

 

El Rey David, es uno de mis personajes favoritos, en el sentido de que la Biblia nos muestra claramente la cantidad de situaciones en las que el rey pasó y como nosotros podemos ver un reflejo de las circunstancias diarias en los escritos bíblicos. En el 1 Samuel 30:6-8 observamos un tiempo de angustia de David y como incluso habían personas que lo querían apedrear a él, aun cuando incluso David había perdido a sus esposas. En este pasaje podemos reflexionar, que aun cuando otros sean inconscientes de tu propio dolor y que tu le hayas estado ayudando a ellos, habrán algunos que solo velaran por sus propios intereses. Mas lo que ayudó a David en este tiempo, fue su intimidad y amistad con Dios. Puesto Dios, le daba a David la fuerza para seguir adelante. Si analizamos la secuencia de acciones de David, vemos que primero experimentó fuertes emociones de dolor y angustia, pero luego de esto, lo primero que hizo fue buscar a Jehová, es decir buscó al Rey de Reyes. Al pedirle al sacerdote el efod, lo que está implícitamente diciendo, es que estaba buscando cual sería su siguiente paso, antes de que él humanamente tomara cualquier decisión. Es decir, el efod, le permitía a David consultar a Dios y obtener una respuesta y solución a su problema. Es más, aquí miramos la certeza y la fe que tenía el líder David, puesto que si no consultaba a Dios, él no tomaría ningún paso.


Caso 2: Josafat y los 400 profetas


 

1 Reyes 22:6-9

Reina-Valera 1960

6 Entonces el rey de Israel reunió a los profetas, como cuatrocientos hombres, a los cuales dijo: ¿Iré a la guerra contra Ramot de Galaad, o la dejaré? Y ellos dijeron: Sube, porque Jehová la entregará en manos del rey. 7 Y dijo Josafat: ¿Hay aún aquí algún profeta de Jehová, por el cual consultemos? 8 El rey de Israel respondió a Josafat: Aún hay un varón por el cual podríamos consultar a Jehová, Micaías hijo de Imla; mas yo le aborrezco, porque nunca me profetiza bien, sino solamente mal. Y Josafat dijo: No hable el rey así. 9 Entonces el rey de Israel llamó a un oficial, y le dijo: Trae pronto a Micaías hijo de Imla.

 

A veces pareciera que a los reyes, gobernantes, o personas de influencia, se les aparecen sugerencias de alianzas peligrosas. Tal, era el caso para el Rey Josafat, rey de Judá. El rey Acab, rey de Israel, pidió apoyo militar a Josafat y parecía una buena idea para el rey tener una alianza, PERO, el rey Acab estaba consultando las decisiones militares con el gabinete equivocado. Es muy fácil perderse, cuando muchos dicen la misma cosa, lo cual puede confundir a alguien haciendo creer que eso es lo correcto, sin embargo, si no consultamos a la fuente correcta, esto nos puede traer muchos problemas. Cuando Josafat se dio cuenta que los profetas a quien Acab consultaba no eran profetas de Jehová, el tenía el sentir correcto y fue allí cuando llamaron a Micaías, el profeta de Dios. Si seguimos leyendo, el capítulo 22:29-40, nos daremos cuenta que Josafat sucumbió a la presión de la mayoría y que Acab hizo caso omiso, al mensajero de Dios, Micaías, y por lo tanto murió. Será que estamos escuchando las voces incorrectas, en vez de escuchar la voz de Dios?


Caso 3: El Doceavo Apóstol

 

Hechos 1:24-26

Reina-Valera 1960

24 Y orando, dijeron: Tú, Señor, que conoces los corazones de todos, muestra cuál de estos dos has escogido, 25 para que tome la parte de este ministerio y apostolado, de que cayó Judas por transgresión, para irse a su propio lugar. 26 Y les echaron suertes, y la suerte cayó sobre Matías; y fue contado con los once apóstoles.

 

Las decisiones importantes usualmente se toman con planeación, los detalles, y el respaldo de los antecedentes y datos. Es por esto, que en Hechos 1, comenzamos a ver como se empieza a formar la iglesia de Cristo. Es fundamental mencionar, que aquí los apóstoles ya eran 11, y cumpliendo la palabra de Dios, buscaban a alguien que supliera el lugar de Judas Iscariote, tal como indicaba la escritura. Es en este momento histórico, que podemos ver uno de los inicios de la iglesia y de la elección ministerial. Los apóstoles (Pedro y Jacobo, Juan, Andrés, Felipe, Tomás, Bartolomé, Mateo, Jacobo hijo de Alfeo, Simón el Zelote y Judas hermano de Jacobo) no estaban dispuestos a tomar una decisión de quien sería su siguiente compañero, sin antes haber orado a Dios. Es por esto, que en Hechos 1:24, ellos oraron primero, antes de elegir al siguiente ministro de Dios. Es así, que reflexionamos, que aun cuando podamos tener mas de una opción para elegir a nuestros compañeros, o aquellos quienes deben acompañarnos en el camino, los apóstoles muestran como la oración a Dios y su instrucción es la única que nos guía para escoger la asociación correcta con nosotros.

Meditando en los pasajes anteriores, podemos concluir, que nuestras asociaciones, decisiones, afiliaciones y estrategias, siempre resultarán bien si consultamos a Dios en lo que debemos hacer. Sin embargo, si obviamos sus mandatos e instrucciones, podremos encontrar callejones sin salida, tal y como los encontró el rey Acab. Este es un buen tiempo para que reflexionemos en lo siguiente: ¿A quien estamos escuchando? ¿Qué es lo que debo hacer ahora? ¿Con quien me debo de asociar? ¿Qué es lo que Dios desea para mi vida?


Si esto te bendijo y te edificó te invito a que compartas esta publicación. Y si aún no has aceptado a Jesús en tu corazón o deseas reconciliarte con Él hoy, te motivo a que lo hagas, y leas la siguiente oración en voz alta:

“Señor Jesús, te pido perdón por mis pecados, pues sé que mis pecados me separan de ti. Yo te reconozco, como mi único, suficiente y verdadero Salvador. Yo rompo, todo pacto, con el mundo, con la carne y con el enemigo. Te doy gracias, por el sacrificio en la cruz, sé que por tu Sangre yo soy limpio/a de todo pecado y hoy tengo un nuevo comienzo. Te pido que, a partir de hoy, tu palabra sea la lámpara a mis pies y que tu Espíritu Santo guíe mis decisiones en todo lo que haga. Amén.”

Y si hiciste esta oración hoy, usa el formulario de contacto, me encantaría saber de ti. Somos una familia en Cristo, estamos aquí para apoyarnos los unos a los otros. ¡Dios te guíe y te guarde!


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