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Foto del escritorKaren Lucia Tapia Hernandez

Tiempo de espera

Actualizado: 27 sept 2021

¿Alguna vez has tenido que esperar algo? Esperar para muchos de nosotros no es fácil de hacer, especialmente aquellos de nosotros a los que nos gusta acelerar el tiempo del microondas. Recuerdo una vez que manejé el auto hacia una repostería buscando desayuno y yo manejaba en mi preferencia, cuando una motorista no se detuvo en su alto y su motocicleta pegó contra el costado derecho de mi auto. La policía llegó al lugar y tomaron los datos con el respectivo proceso a seguir y recuerdo que me dijeron que tenía que esperar en la estación a que llegará la motorista accidentada para poder seguir con los respectivos trámites. Mi madre y mi padre llegaron a la estación policial y me acompañaron, y esperaron conmigo la resolución de los oficiales de tránsito. Creo esperamos alrededor de 5 a 6 horas para que finalmente me dijera el oficial que la señora que había golpeado el auto, simplemente desapareció y no se presentó. Conste yo no estaba contenta, había esperado muchas horas, sin comer, en la estación y para colmo, la señora que me chocó el auto, se desapareció. Esperar, usualmente, no se nos hace fácil, más en situaciones, donde sentimos que estamos en problemas, buscando una solución o simplemente, tratando de resolver algo, y es aquí cuando si no controlamos nuestras emociones, que podemos pasar un momento desagradable. Muchas veces así nos pasa en nuestro diario caminar, nos toca esperar, para encontrar una solución o esperar una respuesta. Y puede ser que, durante este tiempo, nos estresemos, nos de ansiedad, preocupación, miedo, inquietud, o incluso nos lleguemos a enfermar por lo que maquinamos en nuestra mente por no saber esperar en Dios. El día de hoy meditaremos en unos versículos bíblicos al respecto de lo que dice la palabra sobre esperar en Dios.


Caso 1. Reposo en Dios

 

Salmos 62:5-7 Reina-Valera 1960

5 Alma mía, en Dios solamente reposa,

Porque de él es mi esperanza.

6 El solamente es mi roca y mi salvación.

Es mi refugio, no resbalaré.

7 En Dios está mi salvación y mi gloria;

En Dios está mi roca fuerte, y mi refugio.

 

Si leemos un poco al respecto del Salmista David, podemos darnos cuenta que el vivió en constantes batallas, sus amigos o seres queridos lo traicionaron, sus súbditos quisieron ir en contra de él, e incluso su “mentor” quiso matarlo y deshacerse de él. Pero algo que podemos observar con el Salmista, es que en el momento que sabía de la promesa de Dios, el comenzó a confiar en Dios y a esperar en Él. En el versículo 5, podemos reflexionar en lo que le sucedía a David, él le habla directamente a su alma, para que tenga esperanza en el porvenir. Podemos decir, que el salmista se daba palabras de afirmación para recordarse que es lo que Jehová puede hacer por él, si tan solo confía. Así como dice la palabra, que en la lengua está el poder de la vida y la muerte[i], podemos ver, que, en este pasaje, el auto control que el salmista tenía y que él estaba guiando a su espíritu a encontrar paz y esperanza en Dios. Es más, en el versículo 6, podemos ver el dialogo interno que tenía consigo mismo reconociendo que El Único que no lo dejaría caer, en quien encontraba salvación, y en quien podía sostenerse era Dios. Adicionalmente, en el versículo 7, agrega que para ver su gloria (reputación, fama y honor[ii]) debe poner su absoluta confianza en El Gran Yo Soy, pues al ser su refugio, el Soberano Rey, decide sobre cualquier cosa que quiera venir contra él, y declara un veredicto hacia su ungido y su amigo.


Caso. 2. Venganza

 

Salmos 37:9 Reina-Valera 1960

9 Porque los malignos serán destruidos,

Pero los que esperan en Jehová, ellos heredarán la tierra.

 

En otras ocasiones, podrá ser que sintamos que los que no siguen a Jehová pareciera que les vaya mejor que a nosotros o incluso puede ser que hayamos sido la parte receptora de alguna injusticia o mala experiencia. Inclusive, algunos podemos pensar, que debemos vengarnos de las otras personas, o en el peor de los casos, tengamos sentimientos de enojo, resentimiento, o ira en contra de esa persona que nos hirió o causó malestar. ¡Pero es aquí cuando debemos tener calma! Calma ante lo que pasa, paciencia en nuestro reaccionar, y esperar, esperar en Jehová. Si tomamos en cuenta que esperar significa: “Creer que ha de suceder algo, especialmente si es favorable[iii],” podemos inducir que, al esperar en Jehová, estamos conscientes que su juicio será propicio hacia nosotros. Es más, en este versículo podemos ver, que el veredicto de Dios no solo será oportuno, sino que también dará un regalo u don hacia esa persona.


Caso 3. Cansancio

 

Isaías 40:31

Reina-Valera 1960

31 pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán.

 

Si no eres un superhumano, te cansas. Y la verdad es que todos de vez en cuando nos cansamos. El caso es que sepamos actuar de la manera correcta cuando nos cansemos. Tendremos ocasiones que, debido a las circunstancias, ya sea en el trabajo, en nuestro hogar, en nuestras relaciones, finanzas, salud, etc. que nos podamos sentir cansados. Si usamos la misma metáfora del versículo, si fuésemos águilas y estuviésemos cansados, es probable que estuviésemos en una rama sin querer alzar vuelo, puesto nuestras alas no se extienden. Pero sabes que, algo que es maravilloso de esperar el dictamen favorable de Dios, es que cuando lo da hacia nosotros y esperamos en Él, nuestro Creador nos renueva las fuerzas. Al decir que levantaremos las alas como las águilas, quiere decir que aquellas cosas que habían estado estancadas, en pausa, o en espera de una resolución podrán avanzar con un nuevo ímpetu y energía. Aquellas cosas que no sabíamos cómo resolver por nuestra propia cuenta, podrán emerger con mayor fuerza y respaldo, porque Dios ha dado su autorización y juicio favorable para que nosotros avancemos. Y así como los aviones, que tienen que encender sus motores para que las ruedas recorran el camino y eventualmente alzar vuelo en contra del viento, los planes que El Señor tiene para nosotros comenzaran a despegar hacia las alturas, porque Él nos ha dado la fuerza, energía, determinación, respaldo, y enfoque para llegar a la meta que Él había trazado para nosotros.


Estimados lectores, puede ser que a veces no sepamos esperar, en otras ocasiones, no sabemos que es lo que debemos hacer otras veces podremos estar cuestionando que es lo que realmente debería suceder, pero en el momento que esperamos en Dios, podemos tener la certeza que todo lo que pase obrará para bien. Es más, podremos decir, como dijo el salmista: “Pacientemente esperé a Jehová, y se inclinó a mí, y oyó mi clamor (Salmo 40:1, RVR 1960).” Y en el momento que sabemos que Dios escucha nuestro clamor, sabemos que Él no nos desamparará ni nos dejará solos, sino que El Señor se vuelve nuestro ayudador y pronto auxilio. Ahora, las interrogantes son: ¿Hemos sabido esperar en Dios? ¿Estamos dispuestos a dejar las circunstancias en las manos de Dios? ¿Hemos clamado al Señor al respecto de lo que nos pasa para que Él nos dé una respuesta? ¿Estamos dispuestos a aceptar la voluntad del Gran Yo Soy en nuestras vidas? ¿Estamos listos a refugiarnos bajo la sombra del Altísimo y esperar en Él? Esperemos en Dios, para que nuestro Señor, sea siempre nuestro guía y que su Espíritu Santo y su palabra puedan orientar nuestros pasos a donde sea que su soberana voluntad nos dirija.


Si esto te bendijo y te edificó te invito a que compartas esta publicación. Y si aún no has aceptado a Jesús en tu corazón o deseas reconciliarte con Él hoy, te motivo a que lo hagas, y leas la siguiente oración en voz alta:


“Señor Jesús, te pido perdón por mis pecados, pues sé que mis pecados me separan de ti. Yo te reconozco, como mi único, suficiente y verdadero Salvador. Yo rompo, todo pacto, con el mundo, con la carne y con el enemigo. Te doy gracias, por el sacrificio en la cruz, sé que por tu Sangre yo soy limpio/a de todo pecado y hoy tengo un nuevo comienzo. Te pido que, a partir de hoy, tu palabra sea la lámpara a mis pies y que tu Espíritu Santo guíe mis decisiones en todo lo que haga. Amén.”


Y si hiciste esta oración hoy, usa el formulario de contacto, me encantaría saber de ti. Somos una familia en Cristo, estamos aquí para apoyarnos los unos a los otros. ¡Dios te guíe y te guarde!


Nota: Citas bíblicas tomadas de www.biblegateway.com


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