Como la mayoría de nosotros, es muy probable que mas de alguna vez te haya tocado encontrarte con alguien, a quien no necesariamente le caigas bien, y puede ser incluso que intenten incomodarte, o sacarte de tus casillas solo para ver como reaccionas. Y en general, esto le puede pasar a todo mundo, y esto puede no ser que te pase desde que eras un niño o una niña, pero quizá te llega a pasar cuando ya eres un adulto. Y es aquí, cuando podemos hacer un auto-análisis al respecto de que o quien se puede considerar como nuestro enemigo y debemos tomar en cuenta, que independientemente de como otros nos traten, nuestro Señor nos manda amarnos los unos a los otros. Adicionalmente, hay algo que debemos tomar en cuenta, y es que nadie nos puede ofender ni herir a menos que nosotros se lo permitamos. Por ende, al momento de analizar quien es realmente quien no es necesariamente nuestro amigo, tenemos que buscar interiormente y reflexionar sobre que puede afectar nuestro desarrollo personal y/o espiritual en lo cual nosotros si tengamos el control. Meditemos en algunos versículos, que hacen referencia a esto.
Caso 1. La ira del necio
Proverbios 29:11
Nueva Versión Internacional
11 El necio da rienda suelta a su ira,
pero el sabio sabe dominarla.
Por un lado, la concordancia Strong, dice que “necio” significa ignorante, insensato, o un tonto. Por otro lado, el diccionario de la Real Academia Española, indica que uno de los significados de “necio” es ser “terco y porfiado en lo que hace o dice.” Esto quiere decir, que es muy probable, que mas de alguna vez en nuestra vida, nos hayamos encerrado en nuestra propia opinión y hayamos querido defenderla a toda costa y… ¡Quizá después de analizar la situación nos hemos llegado a dar cuenta, que realmente no teníamos la razón! En Proverbios 29:11 podemos ver como el autor hace alusión que una persona insensata no sabe controlar su ira. La ira, siendo una emoción que puede causar desorden y arruinar relaciones, muchas veces surge a raíz de lo que se considera una ofensa o una injusticia, sin embargo, este versículo hace referencia, que la persona sabia sabe dominarlo. Esto no quiere decir que la persona sabia no pueda tener ira o enfado, sino que al contrario, sabe como dirigir de una manera diferente, y podríamos agregar que incluso podría darla a conocer sus emociones de una manera asertiva, para poder tener una resolución de conflictos adecuada. Por lo tanto, si el sabio sabe “dominar” o “controlarse a si mismo” es más probable que puede obtener una solución adecuada al conflicto que surgió, que quien dejó sin restricción alguna, sus emociones descontroladas.
Caso 2. Escuchar o Hablar
Santiago 1:19
Palabra de Dios para Todos
Oír y obedecer
19 Recuerden esto, estimados hermanos: estén más dispuestos a escuchar que a hablar. No se enojen fácilmente.
Otro caso muy importante a la hora de enfrentar un conflicto, o una discusión, es saber que cuando estamos hablando con alguien, todos tenemos diferentes personalidades, experiencias, puntos de vista, crecimos en diferentes entornos y consecuentemente, no podremos esperar que todos pensemos de la misma manera. En el pasaje de Santiago 1:19 podemos ver como el apóstol nos llama la atención para que nosotros tengamos una manera de comunicarnos diferente. Nos recuerda, que antes de nosotros poder dar una respuesta a algo, lo primero que tenemos que hacer es escuchar. Si tomamos en cuenta, que escuchar, es prestar atención a lo que alguien dice, quiere decir que no debemos estar buscando la respuesta antes de prestar cuidadosa atención a lo que la otra persona dice. Siguiendo este pensamiento, si no analizamos el trasfondo de lo que nos comunican, pueden ser incluso que lleguemos a malinterpretar lo que nos comunicaron y terminar haciendo una observación sesgada de lo que nos querían comunicar. Es decir, si no escuchamos lo que nos comunican, podemos incluso, enojarnos por cosas que ni siquiera era lo que nos querían comunicar. Al apóstol decirnos que debemos recordarlo, quiere decir que en toda conversación que tengamos tenemos que estar dispuestos a escuchar, analizar, observar y responder conforme lo que nos está comunicando nuestro interlocutor. Esto ciertamente, nos evitaría muchos dolores de cabeza, ya que por falta de escuchar lo que nos comunican, reaccionamos de una manera equivocada, nos enojamos, y podemos incluso perder relaciones que queríamos conservar por no guardar nuestra manera de pensar y reaccionar de una manera errada.
Caso 3. Vida o Muerte
Proverbios 18:21
Palabra de Dios para Todos
21 Lo que uno habla determina la vida y la muerte;
que se atengan a las consecuencias los que no miden sus palabras.
Otro caso que nos presenta la Palabra de Dios, es lo que sucede cuando nosotros usamos nuestra lengua tanto para bien como para mal. La comunicación existe para que nosotros podamos dar un mensaje adecuado, pero los mensajes no se dan solo a los otros, sino también a nosotros mismos. Es muy importante que recordemos que todo lo que hacemos obtiene un fin, un desenlace o una consecuencia. Así como nuestros hábitos y acciones son cosas que nos pueden llevar a realizar metas, objetivos y subir peldaños, nuestras palabras son parte del conjunto que nos pueden encaminar hacia el éxito o hacia el fracaso. El autor de Proverbios, nos explica que lo que nosotros hablamos puede determinar la vida o la muerte. Y esto no solo aplica a planes y objetivos que nos propongamos, también se puede aplicar a como definimos nuestro ser en Cristo Jesús. Muchas veces, podemos llegar incluso a hacernos autosabotaje por decirnos a nosotros mismos lo que no podemos hacer y limitar nuestras capacidades. Es por esto, que es crucial, que sepamos quienes somos en Cristo Jesús, y al tener una identidad firme en Cristo y aferrarnos a El y estemos en constante oración(comunicación) con Jesús. Así nos podremos dar cuenta a que fin podemos llegar, conforme el propósito de Dios. Las consecuencias de lo que uno habla, no solo se aplica a otros y a los planes, sino lo que nosotros nos queramos proponer, conforme los dones y talentos que nuestro Señor nos ha dado a administrar.
Estimados amigos, que el día de hoy, podamos hacer una reflexión, de como nuestro Señor nos guía a traves de su Palabra, para cumplir sus propósito en Cristo Jesús. Que podamos hacer un auto-análisis de lo que puede estar limitando las metas que hayamos planificado, y que podamos recordar, aunque si es normal que nos enojemos, al dejar el desenfreno, podríamos terminar haciendo una daño irreparable a lo que originalmente queríamos lograr. Recordemos lo que dice Proverbios 25:28 “Como ciudad sin muralla y expuesta al peligro, así es quien no sabe dominar sus impulsos.” Por lo tanto practiquemos el dominio propio, para que así junto a Cristo Jesús podamos lograr lo que El Señor nos ha encomendado.
Si esto te bendijo y te edificó te invito a que compartas esta publicación. Y si aún no has aceptado a Jesús en tu corazón o deseas reconciliarte con Él hoy, te motivo a que lo hagas, y leas la siguiente oración en voz alta:
“Señor Jesús, te pido perdón por mis pecados, pues sé que mis pecados me separan de ti. Yo te reconozco, como mi único, suficiente y verdadero Salvador. Yo rompo, todo pacto, con el mundo, con la carne y con el enemigo. Te doy gracias, por el sacrificio en la cruz, sé que por tu Sangre yo soy limpio/a de todo pecado y hoy tengo un nuevo comienzo. Te pido que, a partir de hoy, tu palabra sea la lámpara a mis pies y que tu Espíritu Santo guíe mis decisiones en todo lo que haga. Amén.”
Y si hiciste esta oración hoy, usa el formulario de contacto, me encantaría saber de ti. Somos una familia en Cristo, estamos aquí para apoyarnos los unos a los otros. ¡Dios te guíe y te guarde!
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